lunes, 24 de noviembre de 2014

El hilo de las ideas



del film "La mirada de Ulises"

"Te contaré mi viaje toda la noche, y las noches venideras, entre abrazos y susurros del amor. Toda la aventura humana. La historia sin fin" 
                                                             ( La mirada de Ulises)




             Más allá de las ideas mismas, me detengo en el hilo que las ata. Hilos de lenguaje que trazan el pasaje de una idea a otra: sea  el sutil desplazamiento, la contigüidad o la proximidad, sea la suave sinuosidad en las consideraciones, el discurrir del decir o  la sorpresa de un  salto, un cambio de base, un laberinto.  Lo invariable es la relación establecida, su filiación, esa flecha que une dos elementos, dos extremos.

           El cuadro de Velázquez, “Las hilanderas”,  muestra el mito de Atenea y Aracné. Lo muestra en un segundo plano, como en una puesta en escena, mientras que en el primer plano un grupo de muchachas hilando realiza no ya el trabajo artístico sino el trabajo artesanal. Existen diversas interpretaciones de este cuadro. Dice Leonid Volinski en su libro "Siete Días" que Velázquez era pintor de la corte, en Sevilla a mediados del siglo XVII. Sus cuadros versaban sobre la vida de la corte y la religión. También dice que las hilanderas están inspiradas en las muchachas de su tierra, sus vestimentas, sus rostros y que eso era algo novedoso. Velázquez baja el mito a la vida cotidiana, lo cruza con la sencilla alegría de estas hilanderas que nos muestran su trabajo. En el origen ellas hilaban... podría comenzar la historia. Como ese rollo de película originaria que buscaba revelar el protagonista  en el film de Theo Angelopoulos "La mirada de Ulises" y que era la primer filmación en un proceso químico ya casi perdido, de unas hilanderas de Europa en una filmoteca de Sarajevo.

           Vuelvo a la idea de hilar ideas, del trabajo de las hilanderas de Sevilla y las de Sarajevo y las lejanas en el mito. Vuelvo a la idea de hilar ideas, de viajar buscando un origen. Será tal vez ese el entretejido que ata y desata el nudo,  de las preguntas que se estrechan, se sostienen e insisten para seguir tejiendo un borde a los enigmas.


                                                                                                                           Beatriz Fiotto